
La esperanza junto al miedo ruegan al cielo, el deseo y la desconfianza suplican al mar, resignándose a la dulce prórroga, como los habitantes de un pintoresco puerto esperan al pequeño barco de pesca al atardecer, con la esperanza de una captura excelente.
A partir de ahora, cada mañana los pescadores saldrán al mar abierto, convencidos que la recompensa será grande. A partir de ahora a pesar de la tormenta, de la alta marea, de los infinitos monstruos marinos, se arriesgarán para llevar a cabo su misión, llevando a la orilla una enorme cantidad de peces, aplacando el hambre de la muchedumbre.
A partir de ahora, cada mañana me despertaré con ganas de vivir, convencida que la recompensa será grande. A partir de ahora, a pesar de las dificultades, de los problemas, de la infinidad de gente mala, me arriesgaré para llevar a cabo mi misión, entregándote una enorme cantidad de cariño, para ser feliz….haciéndote feliz.
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