Déjame, pensamiento, déjame,
mañana seré tuyo,
volveré a ser tu presa.
Pero hoy,
mientras la luz araña en los árboles y pide
una oportunidad,
quiero que me recoja la inútil primavera.
A la casa del frío
regresaré mañana, cuando el tiempo
exponga sus razones
y el corazón pregunte
lo que falta por ver,
cuántos latidos
pueden quedarle para detenerse.
Luís García Montero
* * *
Las llamas de la herida se hacen más intensas;
se hacen cada vez más grandes
y yo misma decido echarle alcohol.
Duele,
todo duele,
agonizo por cuestiones que yo misma desconozco.
Solo sueño con mares índigos y paisajes frescos,
con ser perfecta y inmejorable.
Sin embargo yo también tengo decepciones
irracionales,
absurdas,
incomprensibles,
pero las tengo.
Pensamientos que no me dejan un momento de tregua,
me impulsan y me transforman en su muñeca voodo.
No quiero pensar
no quiero conceder espacios,
someterme a charlas interiores,
tolerar faltas de comprensión.
Sola.
Quiero estar sola;
para que nadie me juzgue,
para que nadie me condene;
porque estoy harta de ver mis ideales derrumbarse debajo de mis pies,
porque no siempre lo mío es irracional,
porque lo que siento es importante, por absurdo que sea;
porque tengo razones.
2 comentarios:
Amor, nunca es absurdo.
Y no, no vas a estar sóla,
en ese caso,
sola conmigo.
Sólas...
Y lo demás se cae en un soplido de vértigo.
Ámote pequeniña
Absurdo pero mío,
absurdo pero tuyo,
absurdo pero nuestro...
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