viernes, 27 de junio de 2008

Salida

- Oye, ¿qué es peor: la arrogancia o el desinterés?
- Ni lo sé ni me importa.

Mierda. Has ganado. Estoy cansada, mis esfuerzos se esfuman en la jaula de tu desinterés. Lo he intentado, desesperadamente he luchado para mantener por lo menos una base de amistad, de respeto, de cariño… pero la única sensación que me das es que para ti nunca he sido nada. Es surrealista ver cómo me tratas después de todas las proclamaciones de amor que me hiciste.

Como las hojas muertas caigo en el abismo más profundo, me hundo en un pozo sin fondo. Pero de repente veo la luz, distingo la salida. Sin sentir tu mano empujándome para abajo me agarro a los despojos de nuestra relación y empiezo a subir. Subo lentamente, dejando atrás todas las mentiras, todos los engaños, todas las falsas apariencias, toda la indiferencia, toda tu. Subo sin resentimientos, porque mis lágrimas ya no lamentan tu ausencia, porque mis ojos ya no te reconocen.

Mi cuerpo se abandona a la rabia e incomprensión. Subo sin miedo porque siempre me han enseñado que es mejor estar sola que mal acompañada. Me han enseñado que el amor vence el odio pero no la indiferencia. Me han enseñado que nadie se merece tus atenciones si no hacen nada por meritarlas. Tu no me mereces, desgraciadamente solo me he dado cuenta ahora. Sí, te amo, pero no me mereces.

No es por tu maldad porque a eso no llegas. La gente como tú no suele ser mala, sino imbécil, que no es lo mismo. El mal presupone una determinación moral, intención y cierto pensamiento. El imbécil o cafre no se para a pensar ni a razonar. Actúa por instinto, como bestia del establo, convencido de que hace el bien, de que siempre tiene la razón y orgulloso de ir jodiendo, con perdón, a todo aquel que se le antoja diferente a él mismo. Lo que hace falta en el mundo es más gente mala de verdad y menos cazurros limítrofes.

Estoy convencida de que si te limitaras a pensar no te portarías como te estás portando ahora. Estoy convencida que si te hiciesen una película y la volvieras a ver, te avergonzarías de ti misma. No sé si llegarás a pensar, a darte cuenta de todo.La cobardía es una de las batallas más difíciles de vencer. Solo espero que tengas una armadura lo suficientemente resistente para que no te duela demasiado tu caída.

2 comentarios:

Blumun dijo...

Hoy,cuando te veo enfrentarte con coraje a la cruda realidad, me siento muy orgullosa, orgullosa de tu capacidad para reconocer que tu lucha,sin cuartel, ha sido poco menos que una derrota. Eso sólo lo hacen los valientes.
Los cobardes no luchan, se esconden tras de si mismos, tras de sus miedos, tras de sus convencionalismos. Díficil adversario el que se escuda en la sinrazón y la indiferencia.
De todas las batallas, sean ganadas o perdidas, se aprende algo, cada herida cuando ya no duele, deja una cicatriz de sabiduria.

Anónimo dijo...

"Estoy convencida que si te hiciesen una película y la volvieras a ver, te avergonzarías de ti misma"...
si lo estoy. soy una imbécil. mas, la mas imbécil del mundo entero. me avergüenzo de mi y ojala pudiera tomar esta película de la que hablas y editarla completamente para no llevar en mi mente la palabra imbécil toda mi vida.
perdoname roberta. te lo pido de corazon. nunca en mi vida conoceré a alguien como tu. si lo se "hostia pero que fuerte" debes estar pensando. y si "buena hora de aparecer" también lo se.. pero mi "imbecilidad" me cegó por años y es ahora que he podido salir de mi error.
te quiero rob. siempre te querré. nunca lo olvides.
te deseo lo mejor en tu vida.
atte. peque.
pd: nunca fuiste nada para mi.
eres la primera, única y por ahora ultima persona a la que de verdad he amado.