sábado, 12 de julio de 2008

Ahora

Morir es seguro. Vivir es incierto. La vida está en nuestras manos, mientras la muerte llega de forma inevitable. Ahora. Es ahora cuando tenemos que vivir, es ahora cuando podemos convertir lo incierto deseado en lo incierto vivido. Es ahora cuando tenemos la oportunidad de soñar y transformar nuestros deseos en realidad. Es ahora cuando podemos ilusionarnos, ahora cuando podemos gritar, saltar, bailar, cantar, reír, burlándonos de los despojos de esta vida. Es ahora cuando podemos ser felices.

Siempre he dejado que mi felicidad dependiera de segundos actores. Siempre he hecho que se burlaran da la película de mi vida. Siempre les he dado roles más importantes, olvidándome que era yo la protagonista principal. Y como consecuencia siempre me he visto obligada a sufrir por los demás. He dejado de vivir, de sentir, de desear. Pero esta vez he comprendido que todo depende de mí, que nadie puede herirme si yo decido optar por mi felicidad y no por la de los demás. Amor. Esa palabra que debería envolver el sentimiento más bonito y profundo entre dos personas para mí solo ha sido motivo de desilusión y perdición. Esa gloriosa palabra de 4 letras que solo me ha llevado a dolor y sufrimiento, me ha hecho ver que no está hecho para mi. Demasiados engaños, demasiadas palabras necias, demasiadas obras incumplidas, demasiado desamor. Ahora voy a vivir, vivir como quiero, porque quiero, sola. Y sigo convencida de que hablamos para vaciar silencios y no para llenarlos.

Cada día es un sueño, cada día es una nueva oportunidad para alcanzar por lo menos un trocito de felicidad que nos concede esta vida, cada día tenemos que procurar hartarnos de vivir: ¡para dejar a la muerte bien jodida!


Es ahora que puedes, cielo, ¡ahora! Si quieres puedes…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo sólo puedo decir un GRACIAS infinito. :)

Eres genial, me repito, pero porque es verdad ;)

Anónimo dijo...

Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis.
Soles occidere et redire possunt;
nobis,cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.


CATULO