lunes, 7 de julio de 2008

Recuerdos

Hoy he estrenado mis alas reparadas. Al principio me sentía insegura, no alcanzaba el punto de equilibrio necesario, me sentía como un pajarillo intentando remontar el vuelo. ¡Qué sensación! El aire me acariciaba la cara dulcemente y sólo sé que sonreía todo el rato. He sobrevolado campos de un intenso color verde y bosques capaces de guardar los secretos más profundos. A lo lejos he visto el mar, no me he atrevido a acercarme todavía. De repente me ha llamado la atención un lago con unas aguas transparentes propias de cualquier mar del Caribe, era tan atractivo que no he podido por menos de aproximarme, su superficie era como un espejo y allí estaba yo reflejándome en sus aguas. Me atraía poderosamente y sin poder contenerme me he sumergido en él. Estaba en un sitio muy familiar, me rodeaba toda mi vida, en un momento he oído las risas de mi niñez, he revivido las alegrías, he vuelto a soñar los mismos sueños y a revivir los momentos felices. Todo era luz y calidez. De pronto he sentido frío, la luz ha dado paso a las tinieblas. ¡No me gusta! Se me encoge el corazón. Ahí está todo lo que me gustaría olvidar, en lo más profundo de mi memoria. Quiero subir a la superficie pero tengo empapadas las alas, poco a poco lo consigo, me pesan mucho, empiezo a ver la luz, estoy a salvo. Algo me golpea mientras asciendo, ¿qué ha sido?, lo busco con la mirada, ¡no puede ser!, es tu recuerdo que se va hundiendo poco a poco, ya no lo distingo, está entrando en la oscuridad más absoluta, eso es, mejor así, que descanse en la zona más oscura de mi memoria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espero que esta vez su recuerdo esta vez siga en la oscuridad más absoluta. Y no te preocupes, tienes la fuerza para reparar tus alas dañadas. El tiempo lo cura todo.