El transcurrir de los días, el seguir adelante sin tener claro a dónde voy, ese camino hacia ninguna parte, alimenta mis noches en vela. Acudo al pasado para intentar frenar el tiempo que se desliza debajo de mis pies. Y perturbada piso de forma inconsciente el presente comprometiendo involuntariamente el futuro. Evoco el camino del pasado tropezandome en las huellas del dolor y deslumbro el día a día. Cada paso falso que causan las huellas, me lleva a un cambio de estrategia. Cada mañana otro rayo de luz se adentra en mis frágiles esperanzas. Cada mañana vuelvo a aludir lo que nunca fue de mi vida. Cada mañana me centro en lo que será, creando sueños sin realidad. Y el hueco entre ambas cosas se hace constantemente más desmesurado. Ese presente que nunca he llegado a vivir plenamente se esconde debajo un denso manto de polvo viejo y podrido. Los caucas crecen aumentando la purulencia de mi vida. Y me abandono a los despojos de mi vida, asistiendo al escenario de mi fracaso, petrificándome en la nada.
1 comentario:
Llevas un pesado equipaje, tu pasado, ralentiza tus pasos hacia tu futuro y no te deja vivir el presente. prueba a dejar esa carga en una consigna de cualquier recondita estación y haz desaparecer la llave, olvida al olvido y piensa que el presente es único y el futuro maravilloso. Se que te parece una tonteria pero, creeme, no lo es.
Te sientes confusa y desorientada pero tienes una cosa a tu favor, si tuvieras que hacerlo todo de nuevo, aún te daría tiempo. Es la ventaja de ser joven.
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