sábado, 26 de julio de 2008

Te necesito, te siento, te amo

Te amo. Lo repito
cada día
como el tiempo repite en sus latidos
el paso de las horas.
Y por amarte, sufro.
Sufro porque no veo a cada instante
tu cálida presencia,
porque ignoro en qué piensas
cuando de mí estás lejos
y qué hacen tus manos
cuando no pueden
acariciar las mías.
Te
necesito ¿sabes?
como el pan que me como
y el aire en que me muevo.
Me enciendo como el sol
cuando te miro,
lloro como la lluvia
si te alejas,
y todas mis estrellas se me apagan
y todos mis rosales se deshojan
si no escucho tu voz.
Y no me basta, sabes, recordarte.
Necesito el apoyo de tu cuerpo,
la hondura de tus labios,
el fuego de tu instinto.
Sufro por esos días
que llegan sin traerme tu presencia,
por esa soledad que me aprisiona
en invisibles rejas
si renuncias a verme;
por todo
lo que podría ser y que no es,
por todo
lo que sueño y deseo inútilmente.
Y me basta saberte
viviendo, respirando
mis palabras. Y temo
perderte y no encontrarte
en el ardiente clima de mi amor.
La vida se desborda, se desata
por todos los caminos de mi sangre
cuando llegas
y vienes a mi encuentro.
Y si te vas, la sed, furiosamente
me azota, hasta que siento
que las heridas -labios insepultos-
sorben el agua oscura de mi llanto.
no digas que me amas
como yo te amo a ti.
Me mentirías.
el amor que me sientes
es tan sólo un espejo
que refleja una parte
del que yo he hecho mío
a través de mis años más hermosos.
Sin ti ya no hay caminos
que sirvan a mi paso,
ni noches que merezcan oscurecer los ojos
que encendiste al mirarme,
ni tallos que resistan ser cortados
inesperadamente
por esas manos mías, - esas flores
que morirán tan sólo
cuando olvides regarlas
con el puro contacto de las tuyas.
Te amo por todo cuanto niegas,
por todo cuanto das,
por lo que olvidas y recuerdas,
lo que gozas y sufres,
lo que dices y callas,
y porque sólo tú
has dado vida
al árbol de mi amor
y solo tú
podrás talar sus ramas.


Poema, Montserrat Vayreda

* * *

Te necesito más que a nada. A pesar de la distancia, de los miles de kilómetros que nos separan, te siento cerca. Debajo del cojín, grito en silencio tu nombre, esperando que cuando vuelva a abrir los ojos aparezcas. Eres la única que me ha hecho sentir tan plena, la única que me llena con tan solo una mirada. Has conseguido abrir el cajón de mi corazón cuando juré no volver a creer en el amor.

Paso las noches en vela deseándote a mi lado, esperando que estés detrás de mí, respirándome suavemente en el cuello, abrazándome fuerte. Entonces me daría la vuelta y te abrazaría aún más, para olerte, para sentir tu cuerpo junto al mío. Sentirte cerca, consciente de que no te moverás, que siempre te quedarás a mi lado, me abandono a tu boca, te cojo fuertemente tirándote sobre mí. Te pongo encima de mí y siento que nuestros cuerpos se funden... me encanta sentir tu cuerpo aprisionando al mío. Abro mis piernas y te abrazo con ellas, diciéndote que soy toda tuya, abandonándome a la dulce ley de tus deseos. Solo tu y yo, pegaditas, abandonadas a las dulces telarañas de nuestro amor. Te acaricio el pelo, me acerco a tu oreja y despacio, muy despacio te la muerdo, susurrándote que soy tuya, toda tuya.

Siénteme porque yo te noto cerca. Siénteme porque aunque estemos lejos, si miras la luna puede que veas mi rostro. Siénteme porque estoy allí, a tu lado. El deseo de poder por fin tenerte entre mis brazos, sentir tu respiración en mi pecho, se hace cada día más impetuoso. No me imagino mi vida sin ti, mis días no tienen sentido si tu corazón no está a mi lado. Te has convertido en una parte de mí, en las alas que me ayudan a volar: las alas de la felicidad, las alas de tu amor, las alas que me dan la vida. Sueño cada día con despertarme sin tener que nombrar la distancia.

Necesitaba que supieras que eres todo para mi, que tus ojos son el motor de mi vida, que tus labios son el impulsor de mi ilusión, que tu cuerpo es el propulsor de mi energía. Eres perfecta, preciosa y jamás me cansaría de mirarte, de escucharte, de amarte. La distancia no nos va a separar, porque sé que detrás de los kilómetros me estarás esperando.

Te daré lo que quieras porque confío en ti, porque me puedo abandonar en tus brazos, porque sé que no me vas a fallar, que vas a estar allí, para lo bueno y para lo malo… para protegerme, cuidarme, mimarme… En una suave, cómoda y tibia telaraña me tienes atrapada y cuando veo el amor con que has tejido ese hermoso espacio para mí, más aferrada a ti me siento, y vivo esperando que vengas pronto a devorarme de una vez y para siempre…

Tuya, toda tuya...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No existe un momento del día
en que pueda apartarme de ti
el mundo parece distinto
cuando no estás junto a mí.

No hay bella melodía
en que no surjas tu
ni yo quiero escucharla
si no la escuchas tu.

Es que te has convertido
en parte de mi alma
ya nada me consuela
si no estás tu también.

Más allá de tus labios
el sol y las estrellas
contigo en la distancia
amada mía, estoy.

En parte de mi alma
ya nada me consuela
si no estas tu también.

Más allá de tus labios
el sol y las estrellas
contigo en la distancia
amada mía, estoy.


Contigo en la distancia-Luis Miguel

Anónimo dijo...

Pufff, me dices que te comente, no? Creo que ya te comentaré por la noche mejor... jajajaj

Muaqs, ti amo molto ;)